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Los burros que se creen sabios

Por: AgustĂ­n Perozo Barinas

«Argumentar con una persona que ha renunciado a la lĂłgica, es como dar medicina a un hombre muerto». Thomas Paine

Recientemente recibĂ­ un enlace cuyo tĂ­tulo es: «Los burros que se creen sabios», sobre el efecto Dunning-Kruger que, segĂşn sus autores, «en psicologĂ­a social es el efecto de un sesgo cognitivo en virtud del cual los individuos incompetentes tienden a sobreestimar su habilidad, mientras que los individuos altamente competentes tienden a subestimar su habilidad en relaciĂłn con la de otros. Está relacionado con el sesgo cognitivo de la superioridad ilusoria». (Wikipedia)

Incluso hay un video de un fantástico pastiche de la famosa aria de Turandot de Giacomo Puccini, Nessun Dorma, que explica el efecto Dunning-Kruger: “Ellos no saben”, canta el cantante de Ăłpera en el clĂ­max, “que no saben”. 

En «El pensamiento crĂ­tico en la era de la desinformaciĂłn», de Jonathan Jarry, leemos:

SegĂşn el Dr. Dunning, el error más importante que comete la gente sobre el efecto Dunning-Kruger tiene que ver con quiĂ©n es vĂ­ctima de Ă©l. “El efecto es sobre nosotros, no sobre ellos”, escribiĂł. 

“La lecciĂłn del efecto siempre fue sobre cĂłmo debemos ser humildes y cautelosos con nosotros mismos. El efecto Dunning-Kruger no se trata de gente tonta". El Dr. Dunning dice que cree que el efecto “tiene más que ver con estar mal informado que con estar desinformado”.

El efecto Dunning-Kruger es un espejismo: la explicaciĂłn estadĂ­stica sostiene que el efecto Dunning-Kruger es principalmente un artefacto estadĂ­stico debido a la regresiĂłn hacia la media combinada con otro sesgo cognitivo conocido como «Better-Than-Average Effect». Para que un efecto de la psicologĂ­a humana sea real, no puede replicarse rigurosamente usando ruido aleatorio.

Las palabras «efecto Dunning-Kruger» han sido usadas como encantamiento por periodistas y escĂ©pticos durante años para explicar la estupidez y la incompetencia. Puede ser hora de romper ese hechizo: el efecto Dunning-Kruger se invoca comĂşnmente en los argumentos en lĂ­nea para desacreditar las ideas de otras personas. (Tal Yarkoni)

Publicaciones y videos de esa naturaleza son esfuerzos y refuerzos, desde el litoral de los intereses afectados, para desestimular la formación de mentes críticas en las sociedades. Desde burdos artificios fuera de contexto hasta montajes de toda calaña imaginable.

Sectores financiero/bancario/industrial, sistemas políticos y grupos empresariales que los endosan, universidades y medios de comunicación, en fin, toda una amalgama de poderes que lo esclavizan a usted desde varias vertientes. Sobre todo, endeudándolo, versión "atrapado sin salida", por un lado, y por otro, promoviendo el desconocimiento de las causas u orígenes de estos males.

¿QuĂ© tan endeudado está usted? ¿QuĂ© tan endeudado está su paĂ­s? SĂ­, honrar esa deuda pĂşblica sale, en alguna proporciĂłn, de sus bolsillos... de sus impuestos. Incluso hay procesos inflacionarios con las materias primas provocados por especulaciones del sector financiero mundial y usted pagará más para consumir productos en general y su dinero, en consecuencia, más devaluado en el proceso.

La deuda y el multiplicador monetario en sĂ­ no son pecado. Endeudarse en ciertas condiciones es beneficioso para los individuos, las empresas y las economĂ­as nacionales. Para que una economĂ­a fluya correctamente la oferta monetaria es necesaria. El problema es la creaciĂłn de deuda perversa, especuladora y depredadora. AsĂ­ como los estĂ­mulos manipuladores hacia el consumo masivo irracional.

No hay que ser economista, hacendista, ni paracaidista, para entender que nos están cogiendo de pendejos y que la única, la radicalmente única forma de poner freno a esas estructuras de poder financiero que todo depreda, es que usted y ustedes, todos los demás, se empoderen conociendo el problema y enfrentarlo. No hay que ser sabio para conocer esto, y más aún, hasta un burro puede lograrlo si así lo decide.

–«¿Cuánto tiempo debo de intentarlo? Hasta que suceda... Quien no ha compartido la lucha, compartirá la derrota». (Rohn/Brecht)

La Internet es como un cuchillo afilado: puedes pelar naranjas o también herir a las personas con el mismo utensilio. Del mismo modo, esa inmensa disponibilidad, al instante, de información que anteriormente era privilegio de universidades y núcleos de poder y control, puede ser muy útil al individuo o todo lo contrario.

Tener sociedades enteras adormecidas y confundidas, sin poder de cuestionamiento, les simplifica la tarea expoliadora. Todo aquel o aquello que busque concienciar y espabilar a la gente debe ser desacreditado, señalado, desarticulado. Piense ahora de nuevo en el tĂ­tulo: «Los burros que se creen sabios»... ¿le despierta la curiosidad?

Autor del libro sociopolĂ­tico La TrĂ­ada II en LibrerĂ­a Cuesta.

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