El ataque se produjo en torno a la 1.00 (hora local), cuando "un grupo de individuos no identificados", entre ellos "varios que hablaban español", asaltó la vivienda, según el comunicado recogido por medios locales como la emisora Juno7 y 'Gazette Haiti'.
Joseph ha condenado este acto "odioso, inhumano y bárbaro" y ha llamado a la población "a la calma". "La situación de seguridad del paÃs está bajo control de la PolicÃa Nacional y de las Fuerzas Armadas", ha dicho el primer ministro interino, que confÃa en que "la democracia y la República vencerán" esta escalada de tensiones.
El asesinato de Moise lleva al lÃmite la grave crisis de seguridad que atraviesa Haità y que amenaza con provocar un vacÃo de poder, habida cuenta de que el presidente ya llevaba más de un año gobernando por decreto por la ausencia de un Parlamento electo.
Moise habÃa dibujado un calendario electoral que ha ido variando sobre la marcha, a medida que ha empeorado la situación del paÃs más pobre del hemisferio occidental. Inicialmente, se habÃa convocado en abril un referéndum para reformar la Constitución, pero la incertidumbre derivó en un primer aplazamiento a junio y, después, hasta el 26 de septiembre, coincidiendo con la primera vuelta de los comicios legislativos y presidenciales.
La incertidumbre se ha extendido también al Gobierno, cuyas riendas asumió Joseph de forma interna el pasado mes de abril. Esta misma semana, el presidente habÃa designado como nuevo primer ministro a Ariel Henry, un antiguo responsable de Interior al que encargó, entre otras tareas, "solucionar el flagrante problema de la inseguridad y apoyar al Consejo Electoral para la realización de las elecciones generales y el referéndum".
La crisis polÃtica y de seguridad ha derivado también en un empeoramiento de la situación humanitaria, especialmente en la zona de Puerto PrÃncipe, donde unas 18.100 personas se han visto obligadas a abandonar sus hogares por el repunte de la violencia, 14.700 de ellas en el último mes, según la Oficina para la Coordinación de Asuntos Humanitarios (OCHA) de Naciones Unidas.
La ONU ha advertido también de que la violencia complica el reparto de la ayuda y ha dejado con poca o ninguna asistencia a miles de personas, a pesar de que estima que en total 1,1 millones necesitan algún tipo de auxilio para cubrir necesidades o servicios básicos.
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