Pues la COVID 19 nos afecta a todos, pero no de igual manera. Principalmente en el Ôrea de educación.
La primera impresión y solución lógica es pensar en clases virtuales. Pero como decĆa el poeta Facundo Cabral, yo no sĆ© quiĆ©n va mĆ”s lejos, la montaƱa o el cangrejo.
Para poder implementar un modelo educativo totalmente virtual hacen falta tres elementos:
1 - Conexión rÔpida y estable a Internet
2 - Conocimientos bƔsicos de ofimƔtica
3 - Disposición y un ambiente preparado para tomar clases
Resulta sencillo pensar que teniendo laptops o celulares y trancando la puerta de la habitación, resolvemos el problema.
Pero la realidad es mĆ”s difĆcil. Vivimos en un paĆs donde el Ćndice de acceso a tecnologĆa y conectividad estĆ”n a aƱos luz de lo necesario, donde existen familias que no tienen con que caerse muertos, pues hasta un velorio es un privilegio para algunos, y un Ćndice de analfabetismo digital que encarece el proceso.
Este artĆculo no pretende buscarle una solución mĆ”gica a estos problemas, sino golpear duro la cantera y preparar la mente para reflexionar en las preguntas que podrĆan dar solución a los tres elementos mencionados.
1 - ¿Cómo logramos que los estudiantes tengan acceso a Internet? ¿QuĆ© hacer con los lugares donde no hay cobertura? ¿QuĆ© hacer con los lugares donde el ancho de banda es limitado?
2 - ¿Los estudiantes tienen conocimiento previo de la plataforma a utilizar? ¿Usan mĆ”s laptops, desktops o celulares?
3 - ¿Los estudiantes viven en un entorno familiar sano? ¿Cuentan con la planta fĆsica para estudiar cómodamente? Y por Ćŗltimo, ¿los estudiantes realmente quieren clases virtuales?
La sugerencia de un servidor para resolver estas interrogantes es primero pensar en el estudiante y luego en los intereses económicos y polĆticos. ¿CuĆ”ndo fue la Ćŗltima vez que hablaste con un estudiante? ¿Ya sea tu hijo, primo, conocido o alumno?
Lic. Francisco Robles, MBA
Founder de Robles Interactive Media
CEO de Postearly.com
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