Asi luce el malecon despues de la extension de horario de toque de queda por el covid19.
Como si hubiesen recibido la noticia de que ya el covid-19 fue erradicado, ciudadanos acudieron ayer tarde al Malecón de Santo Domingo para realizar actividades que incluyeron consumo de bebidas alcohólicas, sin guardar el distanciamiento físico ni, en la mayoría de los casos, colocarse las mascarillas como medida obligatoria dispuesta por las autoridades.
También en algunos segmentos de la avenida capitalina Ortega y Gasset, sobre todo después de la avenida J. F. Kennedy, grupos tomaban alcohol y conversaban con una cercanía que nada tenía que ver con la aconsejada “distancia social”. Casi ninguno llevaba mascarilla.
Algo similar fue visto en el ensanche La Fe, pero con más frecuencia. En algunos casos una esquina tras otra, al lado o cerca de colmados que servían las bebidas. En este sector abundaban los jóvenes de ambos sexos.
En ningún caso los reporteros vieron agentes policiales ni personal de Salud Pública que recordara a los parroquianos que debían mantener la distancia social y llevar mascarillas.
En las inmediaciones del Malecón la aglomeración fue observada en una distancia que supera los tres kilómetros, y que envuelve desde las inmediaciones de la avenida Máximo Gómez, el área del Centro de los Héroes, la zona contigua al edificio que aloja la Dirección General de Pasaportes, hasta la Ciudad Ganadera, en la avenida George Washington.
Disfrutaban de forma abierta en familia y con amigos, a pesar del reconocimiento de las autoridades sobre un aumento de casos, además del incremento de los graves y la cantidad de fallecidos registrados en 24 horas, en especial en el Gran Santo Domingo y San Cristóbal.
La escena incluía mesas de dominó, bebidas alcohólicas, limpiabotas, delivery, neveras portátiles, jucas y cigarrillos electrónicos, entre otros. También la tarde fue propicia para el paseo de niños en coche y a pie, montar patines y bicicletas y pasear perros.
La cantidad de personas fue tal que los parqueos no dieron abasto. La hilera de vehículos con las puertas abiertas y con música a alto volumen, era visible desde las inmediaciones de la Gómez hasta Metaldom.
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