Por: Raydina Lora
Hemos perdido los valores, nos hemos olvidado de que muy cerca de nosotros hay mucha gente que sufre injusticias, burlas y, sobre todo, discriminación. Vemos personas en situaciones en las calles, muchas de ellas mayores, niños desnutridos y maltratados por su propia familia, adolescentes sin rumbo, sin la contención de su familia, que actúa indiferente.
Nos olvidamos rápidamente de los crímenes de personas inocentes, casos que aún no se resuelven; jóvenes trabajando en condiciones deplorables y no hacemos nada, simplemente buscamos excusas para desentendernos de las situaciones que observamos a diario en nuestra sociedad.
Cada vez son más frecuentes los problemas como la depresión y baja autoestima a temprana edad, porque no hay un buen modelo a seguir, ni una figura de autoridad definida en muchos casos, sea por la ausencia de papá, o porque la mamá soltera tiene que ir a trabajar todo el día, y tiene poco tiempo para escuchar, compartir y atender a sus hijos, y yo me pregunto: ¿Qué nos está pasando? A los hombres, a las mujeres, a la humanidad en genera, sólo hay que mirar unos minutos las noticias o echar un vistazo en las redes sociales para electrificarse por dentro como si acabaras de quedarte atrapado en una valla de alto voltaje. Corrupción a manta, sexualidad mal entendida y peor vivida, programas denigrantes, violencia por todas partes.
¿Qué debemos hacer para acabar con el asombro que vemos a diario? educar a los niños para que aprenda a compartir, a respetarse, quererse, valorarse, conocerse y desde ese legado de auténtica y profunda autoestima, logren ser amables, respetuosos y respetables, honestos, valientes, creativos y, sobretodo, libres. Porque de la forma en cómo se está educando a los niños y a los jóvenes de nuestra sociedad solo estamos creando personas con ambición, con ansias enfermizas de poder y dominación que engendra a la sociedad individuos que jamás serán felices sin antes estar bien consigo mismos, lo que les importa es escalar por encima de los demás y esto nos está destruyendo como sociedad. Recuerda que un ser humano que llega a descubrir su fuerza interna y verdadera será libre y feliz. Sólo entonces llegaremos a tener una sociedad formada por seres libres y felices que no tendrán miedo a mostrarse como son, a desarrollar sus capacidades, a decir lo que sienten con respeto y a crear su propia felicidad.
La autora es licenciada en Orientación y Psicopedagogía.
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