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Muere el fundador de IKEA


Convirtió un pequeño negocio de venta por correo en un imperio global de muebles.

Convirtió un pequeño negocio de venta por correo en un imperio global de muebles.

ESTOCOLMO.  Ingvar Kamprad, el fundador de IKEA y que convirtiĂł un pequeño negocio de venta por correo en un imperio global de muebles, ha muerto, segĂşn anunciĂł el domingo la compañía. TenĂ­a 91 años. 

Kamprad muriĂł el sábado en su casa de Smaland, en Suecia, indicĂł en Twitter IKEA Sverige, la divisiĂłn sueca de la compañía. 

“Será muy extrañado y recordado con afecto por su familia y el personal de IKEA en todo el mundo”, dijo la empresa. 

The founder of IKEA and one of the greatest entrepreneurs of the 20th century, Ingvar Kamprad, has passed away at the age of 91. pic.twitter.com/DxyALH1LQ9

— IKEA Today (@IKEAtoday) 28 de enero de 2018

La vida de Kamprad está entrelazada con la compañía que fundĂł a los 17 años en la granja de su familia. 

Su Ă©tica de trabajo, frugalidad y estilo humilde siguen formando parte esencial de la identidad corporativa de la firma en la actualidad. Pero sus errores, incluido un acercamiento juvenil al nazismo, nunca afectaron a IKEA, una de las marcas más reconocibles del mundo. 

Kamprad formĂł el nombre de la empresa a partir de sus iniciales y las primeras letras de la granja familiar, Elmtaryd, y la parroquia donde se encuentra, Agunnaryd. El lugar está en el corazĂłn de Smaland, una provincia boscosa cuyos habitantes tienen fama de ingenio y habilidad en Suecia. Kamprad poseĂ­a ambas cosas. 

Aunque hacia el final de su vida, su nombre aparecĂ­a con frecuencia en las listas de hombres más ricos del mundo, Ă©l nunca asumiĂł las maneras de un magnate. ConducĂ­a un Volvo antiguo y vestĂ­a de forma sencilla. En un libro de 1998 que coescribiĂł sobre la historia de IKEA hablĂł de su costumbre de visitar los mercados callejeros de verduras justo antes de que cerraran al final del dĂ­a, confiando en conseguir precios mejores por los productos. 

Nacido el 30 de marzo de 1926, Kamprad fue un emprendedor precoz que vendĂ­a cajas de fĂłsforos a los vecinos desde su bicicleta. DescubriĂł que podĂ­a comprarlas muy baratas al por mayor en Estocolmo y venderlas a un precio bajo sin perder un buen beneficio. De los fĂłsforos pasĂł a la venta de pescado, decoraciones navideñas, semillas y, más tarde, lápices y bolĂ­grafos. 

Pronto dejĂł las ventas puerta a puerta y empezĂł a anunciarse en diarios locales y gestionando un catálogo improvisado de venta por correo. DistribuĂ­a sus productos aprovechando la camioneta lechera local, que las llevaba hasta la estaciĂłn de tren cercana. 

En 1950 introdujo por primera vez los muebles en su catálogo. Eran obra de fabricantes locales en la zona boscosa cerca de su casa. Ante el Ă©xito que tuvieron, pronto decidiĂł retirar todos los demás productos y centrarse en muebles asequibles. 

Desde entonces, el concepto IKEA _mantener los precios bajos dejando que los consumidores monten sus propios muebles_ ofrece objetos para la casa a precios bajos y ha llegado a tiendas de todo el mundo. 

En 1994, el diario sueco Expressen publicĂł que Kamprad habĂ­a tenido contactos con el lĂ­der fascista sueco Per Engdahl en las dĂ©cada de 1940 y 1950. En una carta a los empleados de IKEA, Kamprad admitiĂł que habĂ­a albergado simpatĂ­as por el lĂ­der ultraderechista, señalando que se trataba de “una parte de mi vida que lamento con amargura”. 

En el libro de 1998 dio más detalles sobre sus “ideas errĂłneas”, señalando que de niño se habĂ­a visto influenciado por el firme apoyo a Hitler de su abuela alemana. Sus abuelos paternos emigraron a Suecia en la dĂ©cada de 1890. 

“Ahora he contado todo lo que puedo”, dijo entonces en una ceremonia para presentar el libro en una tienda IKEA, en un suburbio de Estocolmo. “¿Puede uno ser perdonado alguna vez por tanta estupidez?”. 

El libro tambiĂ©n contenĂ­a detalles sobre sus problemas con el alcohol y sus Ă©xitos y fracasos en los negocios. 

IKEA rinde homenaje a su origen sueco: las tiendas de la compañía están pintadas de azul y blanco como la bandera sueca, y sirven albĂłndigas y otros platos tradicionales suecos en sus restaurantes. Peor la relaciĂłn de Kamprad con su patria fue complicada en ocasiones. 

A finales de la dĂ©cada de 1970 se mudĂł de Suecia para evitar pagar los impuestos en su paĂ­s, que en ese momento eran los más altos del mundo. Solo regresĂł a su paĂ­s tras la muerte de su esposa, Margaretha, en 2011. 

Los registros de propiedad presentados a la Hacienda sueca en 2013 confirmaron que la pareja vivĂ­a con comodidad, pero no en el lujo. TenĂ­an dos coches: un Skoda de 2008 y un Volvo 240 de 1993. La fortuna personal de Kamprad se estimaba en 750 millones de coronas suecas ($113 millones), una suma considerable pero lejos de las cifras multimillonarias que le atribuĂ­an las listas de personas más ricas elaboradas por Forbes y otros. 

Representantes de la empresa han dicho que esas listas, que comparaban su fortuna con las de Warren Buffet o Bill Gates, consideraban errĂłneamente los activos de IKEA como del fundador. IKEA es propiedad de la fundaciĂłn que creĂł Kamprad, cuyos estatutos requieren que los beneficios se reinviertan en la empresa o se donen a obras benĂ©ficas. 

Los registros estatales indicaban que Kamprad habĂ­a donado más de $20 millones a obras benĂ©ficas solo en 2012. 

Kamprad anunciĂł en 2013 que se retirarĂ­a de la junta que controla la marca IKEA, dentro de las medidas para delegar responsabilidades en su hijo, Mathias.

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