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Noticias falsas invaden redes y provocan desasosiego en población

Experto Hiddekel Morrinson considera que son dirigidas y siempre buscan afectar a alguien
Rubén Paulino Sem, ministro de Defensa.

El uso de redes sociales aumenta a nivel mundial y nuestro país no es la excepción. Esa es una verdad irrefutable. Pero ese crecimiento ha traído consigo una “democratización” de la información que, en muchos casos, está causando desasoeigo y malestar no solo a nivel personal, sino también institucional.

Lo que es uno de los puntos fuertes de estas herramientas de comunicación, que es su uso abierto y rápido, es a la vez un arma de doble filo, pues al no tener fiscalización está provocando situaciones que se pueden salir y se están saliendo de control, afectando sectores y personas. 

En las últimas semanas, las autoridades nacionales han tenido que salir al frente y desmentir informaciones que han circulado en redes como Facebook y Twitter afirmando como ciertos hechos que han provocado la alarma de la población y, de paso, de los medios de comunicación, que han reaccionado ante denuncias de personas y figuras políticas con credibilidad. Ayer el ministro de Defensa, Rubén Paulino Sem, denunció como falso el memorándum que circuló en las redes sociales en el que supuestamente informaba que los militares no iban a cobrar este mes el aumento salarial dispuesto por el Poder Ejecutivo. Calificó de un “montaje” la acción, que hasta un número le pusieron (el 1608) y dijo que tenía el propósito de causar daño.

El viernes pasado circuló de manera alarmante el rumor de que los limpiavidrios estaban atacando violentamente a los vehículos en la avenida Jiménez Moya, del Distrito Nacional, supuestamente en rechazo a la medida del Ayuntamiento que decidió retirarlos de las calles y avenidas donde ofertaban su oficio. Durante la mañana y la tarde, los mensajes de “alerta” no dejaban de llegar de amigos avisando del “peligro” y advirtiendo que no se tomara esa vía para evitar ser agredidos. La denuncia llegó a la redacción de elCaribe que envió un equipo comprobando que todo era una mentira.

Anterior a este incidente, el ministro de Defensa, Rubén Paulino Sem, tuvo que salir al frente ante la cantidad de noticias que daban cuenta de unos videos y fotografías en los que se observaban a nacionales haitianos cruzando de manera “masiva” desde su país a este lado de la isla. El funcionario atribuyó la especie a un material de años atrás que fue puesto a circular con intención de causar “sobresalto en la población”, como en efecto logró, pues los principales periódicos del país, con sus respectivos medios digitales, al igual que programas de radio y televisión, dieron la voz de alarma ante la supuesta avalancha de haitianos que estaban entrando de manera ilegal a la República Dominicana. La información salió de las redes sociales y en pocos días puso a una parte de la clase política a opinar sobre el tema. Unos pedían mayor control migratorio, otros culpaban al Gobierno de la situación y los más tremendistas recurrieron a la teoría de conspiración más vieja que existe y que más temor causa: la intención de unificar la isla. También se solicitó la deportación de todos los ilegales. Las versiones iban y venían sin control y movieron a un mayor control en la frontera y una tensión en esa zona.

Pro Consumidor y el arroz

La semana anterior a este episodio, el Instituto Nacional de los Derechos del Consumidor -Pro Consumidor- convocó una rueda de prensa para desmentir la versión, que se propaló como pólvora en grupos de Whatsapp, de que en el país se estaba comercializando un “arroz contaminado” desde Pakistán. El material advertía a los “contactos y amigos” que tuvieran cuidado y no consumieran el producto. Anina del Castillo, directora de la entidad, pidió a la ciudadanía confirmar en Pro Consumidor las “alertas” de productos nocivos antes de darlo a conocer y viralizar la información y así evitar crear alarma en la sociedad. Dijo que Pro Consumidor “es la instancia autorizada para emitir mensajes o avisos sobre las situaciones de riesgo con bienes de consumo o con los diferentes artículos de uso común”.

Pero meses antes, esa misma entidad también tuvo que desmentir la versión de que en el país habían introducido un arroz plástico procedente de China y lo hizo con los resultados de un análisis que practicó a los diferentes tipos del cereal que se comercializan en el país para dar credibilidad a su informe, pues la población seguía creyendo el rumor sin importar lo que le dijeran. En esos días era común escuchar a las personas alarmadas hablar del hecho como verdadero. Hubo hasta quienes sugerían hacer “pruebas” al arroz que compraban antes de consumirlo. Una de ellas consistía en ponerlo a dorar en un envase y que si se ponía como una goma y no se deshacía, era muestra de que era plástico.

Agua contaminada

El Ministerio de Salud Pública y Asistencia Social fue otra entidad que tuvo que enfrentar un rumor que estaba causando gran alarma y pánico a la población a través de las redes sociales a finales de 2016. Los mensajes instaban a la población a no cepillarse con agua de la llave debido a que la misma alegadamente estaba contaminada.

“Si usted se cepilla con agua de la llave, continúe haciendo lo mismo, igual que si se cepilla con agua clorada, hervida o de botellón, siga haciéndolo también igual”, dijo la doctora Carmen Rojas, de la entidad, tras la circulación de un audio, también por Whatsapp, en el cual una mujer que decía que era médico afirmaba que el propio Ministerio de Salud Pública le había advertido del peligro de la práctica.

“Asesinan reputaciones”

Para el consultor y experto en tecnología Hiddekel Morrinson la situación es más grave de lo que se percibe, pues con este tipo de informaciones, las cuales afirma tienen un objetivo, hay una lucha de intereses y siempre se busca afectar a alguien en particular. Asegura que en el país “hay expertos en asesinar reputaciones”.

“La principal causa de esta situación es el hecho de que existen personas que, con diversos tipos de intereses, generan una información y cuando algún tipo de usuario la recibe ya sea por Whatsapp como plataforma de intercambio de mensajería y red social, o como por cualquier otra de las redes sociales, sin confirmarlas comienzan a difundirlas”, planteó a elCaribe. Agregó que en estos casos se ven muchas situaciones muy lamentables de informaciones que generan ansiedad y pánico social, a veces con elementos vinculados a situaciones de contaminación o de catástrofes, que no son ciertas y que llevan intranquilidad y además se está utilizando en esta época como una herramienta de lucha política y de lucha de intereses. 

“En muchos casos para posicionar temas, se comienza con una estrategia de rumor y de un efecto viral de ese rumor para querer posicionar un tema que en realidad no tiene ni la veracidad, ni la transcendencia que se le quiere dar a través de estos medios electrónicos”.

Contra noticias falsas

Dijo que la situación ha llevado a que las grandes compañías digitales hayan tomado iniciativas tendentes a combatir la práctica. 

“El asunto ha llevado a que las grandes plataformas digitales estén combatiendo con mucha firmeza las noticias falsas. En el caso de Google, toda página web que emite una información, y hay algoritmos o códigos de información para determinar que son correctas, que se verifica que no tiene una fuente fiable o que ya previamente fue denunciada como falsa es desvinculada o eliminada de Google, igualmente lo está haciendo Facebook y todas las demás redes sociales”, añadió Morrison.

Orientar, no controlar

Ante ese panorama lo más normal para muchos sería pensar que los controles ayudarían a acabar o frenar la situación, pero para Morrison esto sería un error. Él apuesta por más orientación, bajo la premisa que el internet y las redes sociales han hecho un gran aporte a la libertad de prensa y que limitarlas conllevaría a terminar con la “liberación” de la información, que tanto ha ayudado a la democracia. 

“Los medios digitales y las redes sociales son más positivos que negativos, es más el aporte a la difusión, a la liberalización de la información, y al libre acceso a la información que la difusión de noticias falsas”, adujo. 

Morrison dice que lo más importante es orientar a los usuarios de la internet y de las redes sociales para que “de entrada no crean todo lo que ven o leen” y pide que siempre se guíen por los siguientes criterios: primero, la credibilidad del emisor: ¿conozco a la persona? ¿Es creíble? ¿Tiene referencia en la publicación de este tipo de información? Luego la autenticidad de la cuenta, si es una cuenta verificada, si es una cuenta oficial.

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